1968
fue un año emblemático que marcó el
inicio de un mundo postmoderno, en el que las actitudes, los valores y las formas
de entender la vida cambiaron. La revuelta estudiantil fue el aspecto
predominante en el 68, miles de estudiantes de distintos países se sublevaron
contra la injusticia, la dictadura y la discriminación. En parís, los
estudiantes exigían libertad sexual, cultural y política; paralelamente en
Estados Unidos, las manifestaciones contraculturales, como la hippie y beatnik, enviaban mensajes en contra de la burguesía, a favor de la paz, la libertad sexual y la
vida comunitaria; en México, al conmemorarse 44 años de la Matanza de
Tlatelolco, hoy se grita “Dos de octubre, no se olvida” para recordar el cruel
asesinato de jóvenes inocentes opositores del gobierno represor de Díaz Ordaz,
al que solo le importó presentar una imagen de un México “pacífico” , a
vísperas de ser la sede de los Juegos Olímpicos.
Y
así puedo seguir nombrando otras manifestaciones estudiantiles, las que dieron
paso al reconocimiento de los jóvenes como actores sociales; sin embargo no me
alcanzaría la página para terminar y además considero que lo que verdaderamente
importa son las huellas que dejaron estos jóvenes revolucionarios y transformadores, que derribaron los
pensamientos tradicionales y autoritarios y conformaron lo que se conoce como la
contracultura.
Las
feministas, los ambientalistas, los hippies, los punk, etc… tuvieron su origen
en los 60´s, época del cambio cultural. En la música, grupos como “The Rolligs Stones” y “The
Beatles”, que justamente por estas fechas cumplieron 50 años de su primer
sencillo, fueron algunos de los ídolos musicales que llevaron la bandera de la contracultura.
Sus canciones siempre serán un himno de revolución.
Los
indignados, un movimiento formado en el
2011 en España, también siguieron los pasos de las revoluciones estudiantiles
del 68, casi con un mismo fin: luchar por una democracia más participativa en contra del desempleo y la corrupción de
políticos y grandes empresarios. Su impacto mundial ha sido enorme, las grandes
ciudades del mundo se han llenado de indignados; por primera vez una
movilización social consigue modificar la agenda de los gobernantes, quienes
debaten propuestas derivadas de las
quejas de los indignados.
El
movimiento YoSoy132 es otra huella de las manifestaciones del 68. Este
movimiento que surgió de las protestas
realizadas en contra de Enrique Peña Nieto, virtual ganador de las elecciones de
México de 2012, se ha convertido en el verdadero opositor de los abusos de
poder, logró agrupar a las universidades públicas y privadas, puso en jaque a
quien llegó falsamente al poder,
consiguió que los
candidatos respondieran a los ciudadanos en un debate inédito e independiente
de instituciones cuestionadas, entre otros. Anonymous, este movimiento de
ciberactivistas que se manifiesta a favor de la libertad de expresión y la
independencia en Internet es otro ejemplo de revolución. En nuestro país, este
grupo de hackers, colgó un video en Internet acerca de la operación “Cóndor libre”, en la que se
respalda la libre información.
No cabe duda que los movimientos revolucionarios han logrado
protagonismo en las redes sociales, la prensa y las instancias gubernamentales;
cada día se suman más adeptos en contra de la injustica y la corrupción. Esto
nos lleva a concluir que los asesinatos y encarcelamientos del 68, significaron
un corte histórico, un antes y un después
en los problemas sociales. A partir de ese momento se comprendió que no
solo las autoridades tienen voz y mando, sino que cada uno de los ciudadanos
puede unirse al cambio y lograr grandes cosas. Para finalizar solo diré ¡Vivan
los estudiantes, los revolucionarios¡ ¡Viva la libertad!